Abolición de la Esclavitud en Venezuela
Tal día como
hoy en 1854 el
presidente venezolano de entonces, José
Gregorio Monagas,
dictó la Ley de la
Abolición de la Esclavitud, decreto
que le dio condicionada libertad a 40
mil esclavos en el
país.
En el año 1810
el Generalísimo
Francisco de Miranda
llamó a los esclavizados a formar filas en el ejército patriota en
cambio de la plena libertad.
También lo hizo
el Libertador Simón
Bolívar a través
de una campaña a favor de la abolición de la esclavitud en 1816,
pero no fue sino 38 años después que el hecho se concretó.
La promulgación de
aquel decreto fue precedida por la presentación de documentos por
parte del Ejecutivo que dieron lugar a un amplio debate, de
manifestaciones populares.
Diferentes discusiones
en el Congreso, en base a un Proyecto de Ley presentado por 31
diputados el 3 de marzo de 1854 y superadas las objeciones, los
opositores que estaban en contra de la medida fueron derrotados.
La ley incluía la
indemnización para los dueños de esclavos, en procura de equilibrar
el principio de libertad con el de la propiedad.
Aunque los contenidos
de la ley hacían justicia a miles de venezolanos, la discriminación
directa o indirecta contra los afrodescendientes se prolongó hasta
tiempos recientes.
a abolición de la
esclavitud trajo consigo un sinnúmero de debates en el Congreso.
Aquí un resumen de una de las intervenciones del presidente de
entonces, José Gregorio Monagas:
“Discutís
señores una cuestión vital: digo mal, no debe calificarse de
cuestión, pues la libertad del hombre no puede ponerse en duda, ni
en contradicción, mucho menos en Venezuela, donde tantos años se ha
dado el grito de libertad y donde tanta sangre se ha derramado por
alcanzar para todos ese bien inestimable. La esclavitud es, señores,
como dijo el gran Bolívar, la infracción de todas las leyes, la
violación de todos los derechos.
Venezuela
pues, que se gloria de haber sido la primera en Suramérica que
reconociese el gran principio de la soberanía popular, origen y
fuente de toda autoridad. Venezuela no debe aparecer más a los ojos
del mundo entero con la horrible mancha de la esclavitud. ¿Qué
derecho justo se alegará, señores, para conservar por más tiempo
este título de ignominia que nos legaron las generaciones pasadas?.
Acordaos, honorables Representantes, que sin la igualdad perecen
todas las libertades, todos los derechos y que con la esclavitud no
hay igualdad.
Yo os
esfuerzo, pues, a que no abandoneis el tratamiento de esta importante
materia. Buscad el modo de abolir la esclavitud sin vulnerar los
derechos de los poseedores de esclavos y acabad de sancionar una ley
justa, santa, digna de una política ilustrada y consecuente con los
principios liberales que nos han guiado hasta aquí.”
Luego de la aprobación
de la normativa legal y el ejecútese a los hombres y mujeres libres,
las calles se colmaron de alegría -no obstante- algunos esclavizados
continuaron prestando su servicios a los terratenientes en calidad de
servidumbre por voluntad propia.
Los afrodescendientes,
una vez libres, desconocían qué hacer, pues la ley no contemplaba
medidas para garantizarles trabajo, tierras o posibilidades de
educación para surgir.
El historiador José
Marcial Ramos Guédez detalla que el instrumento legal acordaba
grandes indemnizaciones del Estado para los latifundistas, más no la
verdadera libertad de los esclavizados.
En este sentido, la
libertad solo se logró en teoría, pero en la práctica continúo
las conductas de sometimiento a esta población. “Sometimiento en
cuanto a explotación como mano de obra, a la que se le llamaba
servidumbre, peonaje y asalariado que trabajaban en pésimas
condiciones”.
En la práctica, la
esclavitud continuó manifestándose con una conducta por parte de
los antiguos propietarios que seguían siendo los dueños de la
hacienda, recalcó el historiador.
Infocentro Clara Vivas